Cuando miramos a el universo en toda su vastedad, es fácil a pensar en la Tierra tan pequeño e insignificante. Pero la tierra tiene algunas características extraordinarias que le permiten sobrevivir en un universo que es en su mayor parte hostil a la vida.
La Zona Galáctica Habitable es una zona preciso y segura que la Tierra ocupa sin peligro a nuestra propia existencia.
La Vía Láctea:
Cuando miramos al cielo nocturno y vemos un brillante ‘banda’ de estrellas, que se extiende desde un extremo del cielo hasta el otro, estamos observando nuestra galaxia, la Vía Láctea. El término galaxia viene de la palabra Griega ‘gala’ que significa leche. La Vía Láctea es una galaxia espiral que consiste de un estimado 200-400 billiones de estrellas. Nuestro sol es una de esas estrellas.
La Zona Galáctica Habitable:
Muchos científicos creen que el centro de nuestra galaxia se compone de un agujero negro masivo. Si eso es cierto, cualquier objeto situado cerca de esa zona, estaría en peligro de ser arrastrado y desaparecer para siempre. Si la tierra se encuentra en una zona cerca del centro de la Vía Láctea, sería improbable que sobreviva, ni siquiera por un corto período de tiempo.
Por otro lado, los bordes exteriores de la galaxia suponen una amenaza a nuestra existencia también. En estas regiones, los elementos más pesados esenciales para la vida son pensado a ser muy raro – tal vez incluso inexistente. Es interesante notar que nuestra ubicación, presume que estan entre los brazos de Sagitario y Perseo de la Vía Láctea, permite a la Tierra a existir con seguridad, sin la amenaza de las supernovas poderosas, agujeros negros, colisiones estelares, o deficiencias elementales.
En resumen, nos apenas suceden a estar en la mejor posición posible en nuestra galaxia para que exista la vida.
Se nos dice en el libro de Isaías que Dios formó la tierra para ser habitada. Nuestra posición en la galaxia demuestra eso sin duda alguna.
Soy David Rives…
Realmente, los Cielos Declaran la Gloria de Dios.